GUTIERREZ GARZA, ESTHELA / COORDINADO
A lo largo de la historia del 146 contemporáneo, el producto interno bruto nunca había crecido a una tasa del 0.1% anual. Este estancamiento tuvo lugar en los dos sectores que constituyen el núcleo fundamental del desarrollo económico de cualquier país: la agricultura y la industria manufacturera. Sin duda alguna, el crecimiento cero de la economía mexicana se explica por la política de austeridad impuesta a partir del compromiso del gobierno de Miguel de la Madrid de hacer frente al servicio de la deuda externa. Durante su mandato se pagaron cerca de 90 mil millones de dólares y a pesar de ello la deuda creció a alrededor de 110 mil millones en 1988. La inflación amenazó con ser incontrolable; las altas tasas de interés constituyeron un mecanismo deliberado para frenar la fuga no institucional de capitales al exterior; se subvaluó el peso, convirtiendo al dólar en uno de los bienes relativamente más caros del mercado. Obviamente, los efectos del crecimiento cero sobre los asalariados han sido alarmantes: el desempleo alcanzó la cifra de 7 millones de desocupados, que representa el 20% de la población económicamente activa; el salario sufrió una pérdida enorme en su poder adquisitivo: 52% en el sexenio. Sin embargo, no todo fue negativo. Gracias a la política de austeridad a ultranza surgió un nuevo movimiento político en el escenario nacional: un amplio frente democrático, nacionalista, antimonetarista y popular. nLos saldos del sexenio pretende abordar con seriedad y rigor algunos de los temas mencionados, y dejar constancia escrita en este cuarto y último volumen de los Testimonios de la crisis.