El río Tijuana fluye entre los Estados Unidos y México. En Tijuana, la cercanía del río con la frontera lo convierte en un refugio tanto para migrantes, deportados y personas sin hogar como para una gran cantidad de pájaros, plantas y animales. Ana Andrade recorrió esta zona, conocida también como ?el bordo?, por más de cuatro años y registró con la cámara la dramática transformación del río, así como la presencia, en constante amenaza, de las personas y las formas de vida no-humanas. Las fotografías de Andrade reencuadran este mundo como una distopia posapocalíptica. En un momento en el que las muchas formas de vida en el planeta están a punto de extinguirse, las imágenes de Andrade nos regresan a las preguntas esenciales. ¿Cómo vivir en un mundo, juntos, sin destruirlo y sin destruirnos entre nosotros?
