Manu y Nono son los mejores amigos, tanto, que viven juntos y comparten todo. Pero un día, el goloso Nono se come los pastelillos que le tocaban a Manu, quien se marcha de la casa muy enfadado. Ahora el travieso Nono tendrá que contentar a su amigo o esperar a que, tal vez, un inesperado golpe de suerte los reconcilie.