En la oficina, todos saben que a Charlie le gusta el café con mucha azúcar. Que a Sarah sus hijos no la dejan dormir por las noches. Que a Amira el sueldo no le alcanza. O que a la chica nueva, Chloe, se le ilumina la cara cada vez que ve a Ewan. Llevan años trabajando juntos, toman gin tonics al salir de la oficina y están acostumbrados a cubrirse las espaldas los unos a los otros. Pero su confortable rutina se rompe cuando aparece una nueva jefa, agresiva y manipuladora... Entonces, las reglas del juego cambian.