Alice Bailey describe en esta obra el proceso de iniciación espiritual y su papel en el desarrollo del alma humana. La autora asegura que la iniciación es un proceso gradual de crecimiento y expansión de la conciencia que nos acerca a la realización de nuestra verdadera naturaleza espiritual. A través de la influencia de los Maestros y la Jerarquía Espiritual, el ser humano avanza hacia estados superiores de conciencia, superando las limitaciones de la naturaleza inferior y desarrollando la capacidad de servir a la humanidad. Además, Bailey explora el simbolismo y la importancia del sol en las enseñanzas esotéricas, relacionándolo con la evolución del alma y su conexión con la vida universal.