El joven y arrogante Noboru Yasumoto regresa a Edo, la gran capital, después de estudiar medicina en Nagasaki. A su llegada sufrirá una gran desilusión: en lugar de ser nombrado médico del shogun es destinado a una clínica para indigentes y desamparados que cuenta con muy pocos recursos. Allí, como ayudante del doctor Niide (Barbarroja), aprenderá que las vidas de los pacientes son mucho más importantes que la riqueza o el estatus y que el sufrimiento también puede ser mitigado con compasión.