Como operador del sistema desde el año 2010 a la fecha, he quedado convencido de que el contrainterrogatorio es el arma más letal del sistema penal acusatorio, pues define la suerte del juicio. Un abogado que no sepa contrainterrogar, difícilmente podrá ejercer el principio de contradicción, que resulta ser la base principal de nuestro sistema penal. El contrainterrogatorio es una de las técnicas más complicadas de desarrollar en el litigio oral penal, pues, aparte de conocer la teoría, exige mucha práctica para su consumación. Los grandes autores en temas de contraexamen recomiendan, en el contrainterrogatorio, hacer preguntas sugestivas de un sólo hecho, de lo general a lo particular, cortas y secuenciales, etcétera, sin embargo, en realidad ninguno enseña cómo trabajar un contraexamen a testigos y peritos, pues sólo la práctica nos hará entender y comprender esta técnica de litigación. Los buenos contrainterrogatorios jamás se aprenden en los libros ni las técnicas en los manuales de litigación, el éxito de un buen contrainterrogatorio es inversamente proporcional a los tropiezos sufridos en el tribunal de enjuiciamiento.