El mapa no es el viaje. Mirarlo y revisar cada pequeño detalle del camino genera ilusión. Sin embargo, hasta que no iniciamos el movimiento del primer paso y este hace arrancar el segundo y los demás se suceden, la vívida experiencia no cala en cada célula, en cada rincón sutil, provocando el gozo del descubrimiento. Doce viajes, abre la cortina para dejar entrever y sentir los colores y aromas que, si te zambulles con coraje, llenarán todos tus sentidos recogidos. El texto es una maravillosa invitación a la lectura meditativa y la autoindagación. Por ello encontrarás un microscópico atisbo de ese infinito Universo interno que anida en ti y que cuando, como Ulises, te embarcas en el viaje, produce la inmensa dicha de descubrir que eres consciencia.