México enfrenta un grave dilema: ¿su vida política se procesará bajo un formato democrático o autoritario? No es una pregunta retórica. Todos los días diversos episodios nos lo recuerdan. Y la respuesta cabal la tendremos en meses o en pocos años. No existe un desenlace obligado. La historia está por escribirse. El país cuenta con una Constitución, leyes, instituciones, procedimientos y actores que aprecian, defienden e intentan fortalecer la vida democrática. Pero un buen número de los dichos, iniciativas y conductas autoritarias que se irradian desde la presidencia están erosionando mucho de lo construido en ese terreno y en un extremo indeseable puede desembocar en una regresión autoritaria de enormes proporciones. El libro de José Woldenberg, secuela de En defensa de la democracia (2019) y Contra el autoritarismo (2021), ayuda a pensar lo que nos está sucediendo. Más allá de los múltiples y diversos episodios intenta observar el conjunto, como suele decirse, aunque se detiene en algunos árboles la idea es ver el bosque, porque lo que se encuentra en juego es si la diversidad política que modela a México contará con un formato institucional para su coexistencia y competencia política o si, por el contrario, una sola voz, que pretende representar al ?pueblo? acabará clausurando los conductos, inhabilitando las instituciones y modificando las normas, para hacer imposible la recreación de la pluralidad. El ensayo se complementa con diferentes reseñas de libros que arrojan luz sobre el trayecto que permitió al país construir una germinal democracia y los retos que la misma afronta, al tiempo que otras, al abrir el campo de visión, ilustran sobre lo que sucede a nivel internacional dado que México no es una isla en el mundo.
