Enrique Heine es el gran poeta del romanticismo alemán del siglo XIX. La obra poética de Heine es muy copiosa y variada, aunque las composiciones sean generalmente breves. De aquí nace la dificultad de encerrarlas todas bajo un juicio y de aprisionar en las redes de la crítica a este Proteo multiforme. Hebreo por raza, alemán por nacimiento, francés por larga residencia y por algunas partes de su genio, buscó en el mediodía calor, luz y libertad para su poesía meditabunda y germánica. De todo ello resultó un fruto acre y picante, y a la vez sabroso y tierno, que quizá nunca volverá a darse en el mundo. Fue, como dijo ingeniosamente uno de los críticos de su nación, que no le perdonaban de buen grado sus ofensas a ella, "un ruiseñor que hizo nido en la peluca de Voltaire"