...tantos años soñando con salir de ahí para que al final se resumiera en una escabullida ahí medio equis, resbalándome entre los cuerpos de los metiches que querían saber más de la tragedia de los Méndez Arreola. Cuando entró la policía y los vecinos y demás, mamá, con la boca llena de sangre, empezó a decir que papá la había atacado. Pili le hizo segunda. Entre la verborrea de las dos, pudieron venderle al mundo la idea de que papá era un monstruo, hombres así hay que meterlos a la cárcel, mandarlos a la horca, cortarles el pit. [...] Hubo un momento que el Compayéctor vio a Pili y a mamá con asco acá de ¿a qué pinche cagadero vine a caer?
Adictiva y a la vez incómoda, ágil hasta el vértigo, sabiamente ambigua... Arriesgada en más de un sentido, esta espléndida narración de Nora Coss (Premio Bellas Artes Juan Rulfo para Primera Novela 2018) narra con una mezcla de inocencia y cinismo las peripecias de una familia como tantas en el norte del país. Los celos entre hermanas por el amor del padre, y el amor del padre mismo, tocan aquí extremos peligrosos. La voz de la protagonista, una adolescente sin pelos en la lengua, retrata sin piedad a una sociedad envuelta en la doble moral y que merece, a fin de cuentas, ser destruida.
