Suenan el acordeón y la tarola, mientras el recuento de salvajes hazañas, venganzas y balaceras inunda el aire. En esta excelente investigación, Elijah Wald nos presenta el embriagante y seductor mundo de los narcocorridos, con su muy particular visión de la muerte y el goce pasajero de la vida. Estas páginas trazan el desarrollo de los corridos desde sus orígenes en el indómito Oeste hasta su más reciente encarnación en el Pacífico mexicano, la cuna del tráfico de drogas en México. Las grandes leyendas de este género musical, como Chalino Sánchez, Teodoro Bello y Los Tigres del Norte, son analizadas a profundidad, mediante entrevistas y testimonios, que muestran los claroscuros de esta profesión. Sin embargo, no todos los corridos están ligados a la narcocultura: en el sur de México aún perduran las canciones más cercanas a la guerrilla y a la crítica social y política. Así, tenemos a varios juglares como Andrés Contreras y Gabriel Villanueva, quienes usan su música como un medio de denuncia bastante eficaz. Sin lugar a dudas, ésta es una historia fascinante de una vieja tradición que se sigue transformando.
