Los mandalas tradicionales de la cultura oriental se han incorporado a las expresiones occidentales por medio de atractivos diseños. La variedad de estructuras y formas resultarán llamativas para que los chicos y grandes los coloreen, además de que fomentan la concentración y la inventiva. La atención que despiertan los mandalas resulta fascinante para el adulto que desee un espacio de reencuentro consigo mismo.