«He conocido a varias personas que están convencidas de que pueden escribir literatura porque les han pasado cosas interesantes, solo que, según entiendo, no han tenido tiempo para sentarse a mecanografiarlas. Con esa lógica tan chabacana yo podría ser Jesucristo, pues me gustan las parábolas y he practicado algún grado de indigencia, solo me ha faltado tiempo para encontrar a mis apóstoles, y para curar enfermos, y para transformar el agua en vino», reflexiona Manuel Fons.