Aceptar la realidad del divorcio, no es sino aceptar la realidad de los malos matrimonios, implica abandonar el discurso político y hasta la postura dogmática para enfrentar una problemática real, presente, contundente. El Derecho tiene que reconocer la problemática social, los fenómenos de la comunidad y enfrentarlos, buscar su ordenamiento en forma realista y eficiente, si ha de contribuir al bienestar de las personas y a su convivencia constructiva. El corolario es la transformación del régimen jurídico caduco que padecemos y la dignificación del matrimonio a través de la devolución de su valoración y preservación a los propios cónyuges. De ahí la propuesta central de este trabajo, mediante el análisis del divorcio, en su perspectiva histórica, de su impacto social corno problema y como solución y, especialmente, en su estructura jurídica, a favor de la instauración del divorcio incausado, presente ya en otras latitudes modernas, por voluntad unilateral y de la supresión de las causas legales que actualmente deben invocarse para la justificación del divorcio.