ufeffDesde mediados de los años ochenta las economías llamadas emergentes manifiestan un crecimiento más sostenido que las economías llamadas desarrolladas, situación que se explica, ante todo, por el fuerte crecimiento del continente asiático y, más particularmente, de China e India. En estos últimos dos países resulta igualmente significativo el crecimiento de las desigualdades en la distribución del ingreso. En otros países, más particularmente en América Latina, el crecimiento es mucho menor, pero aun así las desigualdades manifiestan la misma tendencia a aumentar, en provecho del 5 al 10% más rico de la población y en detrimento de parte de las clases medias y en oportunidades también de los trabajadores menos calificados. Nos encontramos, así, frente a una polarización creciente que favorece los altos ingresos, difícil de captar por medio de los indicadores globales. Este fenómeno se explica fundamentalmente por el crecimiento de la participación de las actividades financieras en el producto interno bruto y por la fuerte remuneración de los activos financieros.nEn un sentido general, las desigualdades constituyen un desafío. Un desafío para el desarrollo en tanto su crecimiento o su estancamiento en un nivel muy elevado produce sociedades excluyentes e inestables, debilitando su cohesión social.nEste libro tiene un doble objetivo. Por un lado, mostrar que existen distintos modos de relación entre las desigualdades y el crecimiento, en los que las variables involucradas (niveles y variaciones de la distribución del ingreso, grado de intervención del Estado, grado de apertura externa de la economía y sus modalidades) se combinan de maneras diferentes. Por otro, establecer las condiciones que puedan posibilitar a las nuevas políticas reactivar el crecimiento en América Latina y disminuir la brecha entre ciudadanía política y ciudadanía social.
